La poesía es algo que en mi caso surge y se concreta en un momento. No es
como una novela o un ensayo que se planea por meses, se desarrolla y se corrige
a veces con intervalos largos en los que el texto no se toca para nada. Escribo poemas más bien
cortos que nacen, en honor a la verdad, en momentos de ánimo decaído. Nunca he
corregido un poema meses después de haberlo escrito. Mis poemas son de minutos;
el retrato de un instante en que el alma, si es que está allí, no se siente del
todo bien. Añado que todos mis poemas con el título de “Música para las
criaturas de la noche” están a la venta de Amazon. Pero como la poesía se vende
menos que poco en estos tiempos en que la gente se conmueve con otras cosas,
prefiero darla a conocer aquí. Mi poema “Ése se parece a mí” es un viejo y
triste recuerdo al que le tengo un especial cariño. Porque dichoso es aquel que
con el tiempo aprende a amar sus viejas lágrimas.
Ése se parece a mí
Ese que va por ahí,
dominado por el frío,
parece llorar sin
lágrimas,
se nota que duerme
poco,
se habrá metido en
buen lío.
Ese que camina solo,
el de mirada
extraviada,
puede ser que sufra
mucho,
quizás no le queda
nada.
Ese que anda tan
ausente,
que no sabe a dónde
va,
parece que no ve al
mundo,
ni siquiera ve a la
gente.
Sé que tiene mucho
frío,
le caería bien un buen
té,
para calentar su
cuerpo.
Creo ya no toma café.
Ese que va por ahí,
con la mirada tan
triste,
el que sufre desde
siempre,
ése se parece a mí.
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